El proyecto tumarin es clave para el gobierno de Nicaragua.
El inicio de la construcción de la hidroeléctrica Tumarín, proyectada
para el año 2015, se considera como fundamental en el propósito de Nicaragua para
cambiar su matriz energética.
Actualmente Nicaragua genera más de la mitad de su
electricidad con fuentes renovables, esta estadística es muy diferente a la que vivia el país en el año 2007. En esa época, la energía generada a
partir de fuentes renovables representaba tan solo un 27 por ciento del total de
la producción nacional y los racionamientos, debido a la crítica situación del
sistema eléctrico nacional, alcanzo en algunos momentos más de 10 horas al día.
Siete años después, Nicaragua se encuentra entre las naciones que más ha
invertido en materia de generación eléctrica a partir de energías renovables,
esta apuesta del país centroamericano tiene como intención llegar en el año
2020 a generar un 90 por ciento de su energía a partir de fuentes renovables.
Para cumplir con este objetivo, la hidroeléctrica de mayor importancia en el
país centroamericano será Tumarín, declaro recientemente el ministro de Energía
y Minas, Emilio Rappaccioli, en alusión al proyecto que pretende sumar 253
megavatios tras su puesta en funcionamiento en 2019.
Durante la reunión para suscribir el contrato de construcción con representantes
de empresas brasileras, autoridades Nicaraguenses reafirmaron que la inversión
podría llegar a los mil millones de dólares, “Será la mayor planta de su tipo construida en Nicaragua, un sueño que
empezamos a hacer realidad”, afirmo el presidente Daniel Ortega minutos
antes de que el Gobierno y los inversionistas firmaran el acuerdo.
La primera iniciativa con estas dimensiones proyectada en la nación fue la
planta de Copalar, una idea surgida antes de 1979 y luego impulsada por el
primer gobierno sandinista, la cual no se pudo concretar debido a la complicada
situación política que se vivía en la década de los ochenta.
Ortega declaro que Tumarín, sin embargo, se emprende en tiempos de paz,
seguridad y estabilidad, en medio de una gran alianza de trabajadores,
productores pequeños, medianos y grandes de las zonas campesinas, banca y
comercio.
Según datos oficiales, cuando la planta comience a operar en 2019, generará un
20 por ciento de la demanda nacional y, junto a esta obra, los inversionistas
brasileros proyectan edificar otra hidroeléctrica.
La inversión en ambas iniciativas sumará mil 345 millones de dólares, y se
prevé que entre las dos creen siete mil 500 puestos de trabajo.
Sin embargo, la entrada en funcionamiento de Tumarín no sólo supondrá los
beneficios anteriormente mencionados, la disminución en la generación a base de
combustibles fósiles y la reducción en 50 millones de dólares de los gastos
anuales por compra de petróleo para dicho fin.
El proyecto a cargo del consorcio Centrales Hidroeléctricas de Nicaragua y a
realizarse mediante el aprovechamiento de las aguas del río Grande de Matagalpa,
mejorará el nivel de vida de la población en esa área de la Región Autónoma del
Atlántico Sur.
Las Autoridades aseguran que significará un incremento en el acceso a la
electricidad y el perfeccionamiento de sistemas y vías de comunicación.
La obra es parte de un proyecto nacional para el período 2014-2028 que apunta a
explotar las grandes posibilidades de este país para el empleo de fuentes
hídricas, eólicas y geotérmicas, así como el aprovechamiento del sol, con la
puesta en funcionamiento de los dos grandes proyectos se prevé que la cobertura
energética ascienda a un 80 por ciento de la población total según datos de la
Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica citados por Rappaccioli.
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