En esta ocasión la cifra no proviene de ninguna ONG o grupo
comprometido con el medio ambiente, los datos provienen de la Agencia
Internacional de la Energía (AIE), el organismo formado por los 29 países mas
desarrollados en 1973 para responder a la crisis del petróleo, que acaba de
publicar su último informe: “Energy Technology Perspective 2014″.
Según la AIE, las distintas formas de energía solar podrían
proporcionar más de la mitad de la electricidad del mundo en 2050. Las
tecnologías solares y eólicas ya suponen un tercio de todas las centrales de
generación eléctrica construidas en el mundo en 2011, 2012 y 2013.
La profunda investigación de la AIE se centra en las
tecnologías de generación eléctrica y sus potenciales económicos futuros.
Solamente los paneles fotovoltaicos podrán suministrar alrededor del 16% de la
demanda eléctrica mundial, con una potencia instalada de 4600 GW, es decir, mil
veces lo que hay ahora en España.
Greenpeace valora muy positivamente la conclusión de la AIE,
un organismo tradicionalmente defensor de las tecnologías fósiles y nucleares,
de que la energía solar será la forma dominante de generación eléctrica dentro
de 35 años. Tras la Cumbre del Clima de Nueva York de la semana pasada, esta es
precisamente la clase de buenas noticias que toda aquella persona preocupada
por el cambio climático, y en especial los gobernantes, necesitan oír.
Los resultados de la AIE confirman los que Greenpeace
alcanzó en sus estudios “[R]evolución Energética”, un análisis de las
posibilidades del sistema energético mundial publicado por ultima vez en junio
de 2012. El estudio de Greenpeace ya proyectaba 4.548 GW fotovoltaicos para
2050. Quienes pensaban que nuestras conclusiones eran demasiado optimistas,
ahora podrán comprobar que la AIE va incluso más allá.
Las energías eólica y solar seguirán dominando el mercado
energético mundial al ser las formas más baratas (y limpias) de generar
electricidad.
Ahora es cuando los responsables políticos tienen que
rendirse a la evidencia y adaptar las normas que rigen los mercados energéticos
para facilitar ese futuro renovable. Abandonar los combustibles fósiles y
nucleares es una necesidad ambiental y económica, no una carga. Los brillantes resultados
de la energía solar y eólica significan que aquellas empresas que pretenden
invertir en centrales térmicas de carbón o nucleares corren un serio peligro de
encontrarse con costes hundidos, imposibles de recuperar.
Señores de Iberdrola, Endesa, Gas Natural o Repsol: si leen
el informe de la AIE, deberían dejar dejar de oponerse a las energías
renovables. Porque el Gobierno de España no va a poder seguir ignorando la
evidencia eternamente.
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